Categoría Senior - Primer Premio
PLAZO
PERENTORIO
Ruth
Iglesias Villafáñez - Valladolid
(I)
Hubo
un instante,
antes,
respira
la espina en el costado
desde
afuera,
y
se disecciona el pasado.
(II)
Medir
los ángulos
por
la fisura,
desdoblar
distancia originaria,
ámbar
y torbellino
mientras
los pájaros emigran.
(III)
Otoñar
olvidando
grito y ceguera,
regar
boca abierta
de
las hojas
para
que no quede charco ni duda,
enraizar
mi
pecho escrito en sal
sobre
el hilo
suspendido
en
el frío de mis manos.
(IV)
Todo se pronuncia
en el profano idioma de los sauces,
repleta de abismo y tierra
si es tacto no pulsado,
indescifrable
en la espalda del río
mi lengua desnuda los higos,
y ofrezco
salvia y fonema
gota cromática
empapando tus lirios.
(V)
Te prometo
nombrar canto en el verbo,
sentir
casi incorpórea,
curva en el poniente de la rosa.
Nací para ser montaña
de polvo y miel,
así en tu estrofa
–melancólica-
pertenecer, cuerpo amado,
al viento azul donde te respiro.
(VI)
Si fuera musgo
y crecer
sobre ti,
verde susurro entre lluvia
y tierra,
cuando mi aliento
cercano e ingrávido
vibre la curva al primer temblor
del verano.
Categoría Senior -
Segundo Premio
VENGANZA
DE PANDORA
Manuel Laespada Vizcaino - Albacete
Cuídate de buscar en los recuerdos
esos momentos en los que pensabas
que eras feliz, así, como se entiende
lo que hoy entiendes por felicidad.
El tiempo es como un vaso de ginebra
que se bebe en ayunas
para cambiarle el paso a los insomnios
y a veces la memoria
nos llega en forma de cristales rotos,
nos mira de reojo, sacándonos la lengua
y nos confunde.
Así con los recuerdos;
y ese aroma de antaño que a
veces nos asalta
de unas manos de nieve o de un
puchero
ahora son de un color azul
turquesa
y nos engañan;
tampoco aquellas voces son las
mismas
ni esas tardes de lluvia...
si acaso permanecen las mismas
golondrinas
y aquella calavera que
llamábamos luna
y seguimos temiendo.
Lo difícil, ya ves,
es regresar a pecho
descubierto
a territorio gris de los
recuerdos
y retornar indemne,
aun siendo similares las
bonanzas
jamás son parecidas las
nostalgias,
la soledad te espera en el
reencuentro
y uno no sabe bien si es que
regresa
de un millón de años luz
o de años sombra.
Son los recuerdos oxidados
rostros,
cicatrices
a las que hay que temer más
que al espejo:
también, en muchos casos,
nos llegan como gritos de
esqueletos
y arañan el azogue del
silencio;
nos llegan desvirtuados,
al igual que esas lágrimas
que anuncian el dolor
en los ojos mutantes de los
cómicos
que las dicta un guión
y sólo son histriónicas mentiras.
Por eso hay que acercarse a
los recuerdos
como se acerca uno hasta un
cadáver,
sabiendo que en su piel tan
fragilísima
cualquier beso o caricia
es ya caricia o beso de un
extraño.
Categoría Juvenil - Primer Premio
pretéritos
perfectos
Sara
García de las Heras (16 años) - Colegio Claret
Existen melodías escondidas
que palpitan entre caminos
esmeralda.
Quimeras de un tiempo que no es
tiempo
disfrazan la quebrada superficie.
Ancianas miradas encharcadas
arropan los susurros de la brisa
primaveral.
Rememoran con profunda melancolía,
instantes rebosantes de júbilo y
frenesí.
Los mirlos que bucean los cielos
cenicienta,
silencian sus armonías en caudales
de plata quemada.
Ecos de sabiduría que emanan
de poemas escritos en pieles
agrietadas.
Categoría Juvenil - Segundo Premio
el
acabose
Carmen
Martínez Narros (17 años)
IES
Antonio Machado (Alcala de Henares)
Reluce
con fulgor, como una perla,
el astro celestial, la blanca estrella.
Su luz alumbra el cielo, alumbra el campo
salpicado de rosas y azucenas;
el pueblo, con sus plazas, sus callejas,
sus casas, patios, fontanas, su iglesia;
también la sombra opaca y apremiante
que escondida en la oscuridad acecha.
La escucho desde mi ventana abierta
abrir sutil e impávida la puerta;
sus pasos lentos, pausados y firmes,
resuenan en el suelo de madera.
Percibo el titileo de mi vela,
la llama temblorosa centellea,
su brillo despacio se desvanece,
al tiempo que la intrusa más se acerca.
Sus pisadas alcanzan la escalera y
me aferro, sin pensar, a una muñeca
con quien compartí juegos infantiles
la que me protegió de las tormentas.
Sonrío con pesar; su fortaleza
no alivia la zozobra de la espera:
en la boca el sabor de la amargura,
y el alma nublado por la tristeza.
Ella se aproxima y los pasos cesan.
Me invade el miedo, la ansiedad, la pena,
la desazón por dejar este mundo
y la angustia por de otro estar más cerca.
La sonrisa en mis labios se congela,
las manos como finas hojas tiemblan,
el corazón en un puño, oprimido,
y los ojos de lágrimas se llenan.
Y sin fulgor ni luz queda la estrella;
las flores sin color, perecederas;
ellas, como mi cuerpo, se marchitan
cuando la eterna Muerte se me lleva.
Categoría Juvenil - Tercer Premio
mi
cicatriz
Jimena
Marugán Guerra (16 años) - Colegio Claret
La oscuridad de la noche, me envuelve.
El viento, me roza con caricias heladas.
Las palabras, resuenan en mi cabeza a una velocidad
vertiginosa,
retumban al ritmo de la rutina,
la misma en la que las personas nos consumimos como
velas.
El móvil, repleto de mensajes que ignoro.
Mis manos, temblorosas incapaces de teclear nada.
Mi cabeza, a mil revoluciones.
Yo, enfocándome con esmero en los destellos que las
estrellas irradian.
Cómo no, mis esfuerzos resultan inútiles y me veo
abrumada por la nocturnidad y su silencio.
Es algo que me come por dentro.
Todo se para y me quedo sin aliento,
estallan entonces mi cabeza y sus pensamientos.
Y no soy capaz de detenerlos, tampoco lo intento.
Reparo en lo mucho que te quiero,
y en la manera en que me odio por quererte.
Y no quiero despedirme, porque aún me siento segura
entre tus brazos,
porque tu calor se siente como ese rayito de sol de
invierno.
Y porque sonrío un poquito más cuando estoy a tu lado.
Y aún no puedo,
aún no he descubierto la manera de alejarme, de
odiarte.
Pero odio cómo me haces sentir, cómo me haces reír,
mucho más cómo me haces llorar.
Odio la manera en la que hablas y te expresas, porque
me encanta.
Me hundo en un mar de lágrimas.
Te odio. Y me odio por odiarte.
Pero una cicatriz me dejaste,
y la cicatriz que tengo yo no grita
arde sola, arde sorda y paciente.
La cicatriz que tengo yo no sangra, en su lugar,
sangro yo.
Categoría
Infantil - Primer Premio
POZO
DE LUNA CLARA
Jorge
Gómez Orejana (12 años) - CEIP Fray Juan de la Cruz
Pozo de luna clara,
agua fresca por la mañana.
Azul río,
azul mar,
azul el cielo sobre el ventanal.
Sé que moriré,
a mi vida adiós diré,
pronto me iré,
cuando ocurra, lloraré.
Pozo de luna clara,
agua fresca por la mañana.
Azul río,
azul mar,
azul el cielo sobre el ventanal.
La garza blanca,
tan serena y pausada,
simplemente moriré
y a la garza adiós diré.
Pozo de luna clara,
agua fresca por la mañana.
Azul río,
azul mar,
azul el cielo sobre el ventanal.
El canto del ruiseñor
alegra la mañana
y la oropéndola
tiñe el día de esperanza.
El amanecer,
claro y de oro,
el atardecer,
sombrío y de plata.
Pozo de luna clara,
agua fresca por la
mañana.
Azul río,
azul mar,
azul el cielo sobre
el ventanal.
Hay algo que me
abrasa
pero no es fuego,
me congela
pero no es escarcha.
Pozo de luna clara,
agua fresca por la
mañana.
Azul río,
azul mar,
azul cielo sobre el
ventanal.
Al ver
mi reflejo en el
agua,
comprendí que la
vida
es como una hermosa
golondrina.
Comprendí
que la vida es
libertad.
Categoría Infantil - Segundo Premio
LOS
LIBROS
Marina
Manso Pézer (11 años) - CEIP M.M. Concepcionistas
Entre las hojas de un libro
busco emoción a diario,
busco nobles y villanos,
hadas, princesas, tiranos.
Entre las hojas de un libro
encuentros mundos sin par,
de misterios y aventuras
y no paro de soñar.
Mundos donde cada día
es distinto al anterior,
donde cada personaje
pretende ser el mejor.
Mundos de intriga, mentiras,
de romances y de amor,
de aventuras futboleras,
de alegrías y dolor.
Cada línea, cada historia,
me hacen reír o llorar,
soñar con historias nuevas
y llegar hasta el final.
Libros donde te imaginas
vivir un mundo mejor,
sin mentiras y sin guerras,
solo aventuras y amor.
Categoría Infantil -Tercer Premio
deseos
Cloe
Legrand Hernández (10 años)
CEIP
Fernández Moratín (Madrid)
Quiero que mis guantes
cubran tus manos heladas.
Quiero que mis botas
protejan tus pies descalzos.
Quiero que mi pan reciente
calme tu hambre atrasada.
Quiero que mis ojos
alumbren tu camino.
Pero no quiero
que sean solo palabras.
Toma mis guantes, mis botas,
mi pan y mis gafas.
Categoría Infantil - Mención Especial
playa
mía
Telma
Benito López (10 años) - CEIP M.M. Concepcionistas
En la noche más oscura,
vengo a verte playa mía,
tú me quitas la locura
y me llenas de alegría.
Cada vez que siento pena,
voy a sentarme en tu arena,
eso quita la tristeza
que me nubla la cabeza.
Tú me entiendes playa buena,
pues al fondo del mar gris
allí veo mi alma en pena
ocultada entre la arena.
Playa dulce y tan hermosa,
al ser tú tan bondadosa,
ten piedad de mis pecados
como yo con mis amados.
Categoría Infantil - Mención Especial
mi
afición
Sandra
Manso Pérez (11 años) - CEIP M.M. Concepcionistas
Tengo una gran afición
y no lo puedo evitar,
me gusta darle al balón
y lo he dicho de un tirón.
Siento una gran emoción
cuando cojo ese juguete corro,
corro y tiro a puerta
y suena como un cohete.
Me gusta desde pequeña,
cuando mi primer balón
se convirtió en el juguete
más preciado de mi salón.
Poco a poco con el tiempo
crece una gran afición,
me gusta verlo en el campo
sentirlo en el corazón.
Lo comparto con mi equipo,
el balón y la pasión,
todas estamos unidas,
nos queremos un motón.
Jugamos cada semana
no sin antes entrenar,
que para saber hacerlo
antes hay que practicar.
Y entre balón y balón
portería a portería,
demostramos valentía
en cualquier competición.